Pasado Continuo

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Oriol Vilanova, Copias, (2001- )Oriol Vilanova, Copias, (2001- )

El museo y la gente

 

Una serie de grandes retratos en blanco y negro de habitantes de Barcelona cierra la exposición en el MACBA. La británica Craigie Horsfield realizó la serie La ciudad de la gente para la exposición que tuvo lugar en la Fundació Tàpies en 1996. El proyecto tenía un claro significado político, como afirmó su comisario Manuel Borja-Villel, se trataba de mostrar que era posible crear una contraimagen de la mitología oficial de Barcelona.

 

Casi veinte años más tarde, la exposición Arte, dos puntos, con subtítulo “Barcelona vive el arte contemporáneo” aspira, más  allá de presentar la fusión de dos colecciones (La Caixa y MACBA), a explorar cuestiones sobre el tipo de modernidad que ha representado la ciudad históricamente. Si el proyecto de Horsfield abordaba este mismo tema desde la crítica y el diálogo, contando también con la participación de activistas, economistas y antropólogos ¿cómo se manifiesta desde la exposición que incluye la totalidad del MACBA y parte de Caixaforum?

 

En el museo podemos seguir una línea argumental sobre la relación de la ciudad y su sociedad civil, empezando por Copias (2000 – ) de Oriol Vilanova, que conecta con la presente banalización de la imagen de Barcelona, pasando por una interesante selección de documentos que hacen referencia a la modernidad de la primera mitad del siglo xx, hasta una pequeña copia de la famosa fotografía que Jeff Wall realiza de una mujer limpiando el mármol del Pabellón Mies van der Rohe. Destaca también Shapolski et al., Manhattan Real Estate Holding, a Real-Time Social System, as of May 1, 1971 de Hans Haacke, en la que se hace visible el “sistema” de una serie de empresas del sector inmobiliario que especulaban con las propiedades de los barrios degradados de Nueva York. Una obra que fue censurada por el museo Guggenheim y que en el contexto de esta exposición cuestiona el potencial del museo para generar un espacio de investigación y crítica. Dentro de la misma línea argumental, más cercanos en el tiempo, prosiguen una serie de trabajos de fotografía documental, como por ejemplo la serie “Domingos” (1994-1997) de Xavier Ribas en que se retrata el momento de cambio, a través de las personas, hacia la nueva economía de Barcelona en los noventa.

 

La representación de la historia –y su imposibilidad– ha sido un tema recurrente en la escena artística en estos últimos años. En el MACBA, a comienzos de 2013, se exponía Filtraciones, de Nasrin Tabatabai y Babak Afrassiabi,  quienes trabajaron con el archivo histórico de British Petroleum y con un documental que nunca se realizó. La Anábasis de May y Fusaku Shigenobu, Masao Adachi y 27 años sin imágenes (2011) de Eric Baudelaire constituye de nuevo una reflexión sobre el archivo y la ficción, sobre cómo pueden explicar su vida unos personajes sin capacidad de representación, por el hecho de estar relacionados con el Ejército Rojo Japonés. Este trabajo se vincula así con el rumor de fondo de la exposición, basado en la construcción de una imagen histórica –en este caso la de Barcelona – y nos hace reflexionar sobre cómo nos ha sido presentada.

 

En Caixaforum la caótica y compleja instalación de John Bock Nothingness Below the Jaw (2010-2011) constituye un trabajo importante en sí mismo que ejemplifica la diferencia en la línea argumental de ambas sedes. Aquí la que la relación con la ciudad de Barcelona se pierde y entramos de lleno en el reino de lo objetual, lo introspectivo y lo estético, característico de la colección La Caixa. Por lo tanto, a pesar de la fusión de ambas colecciones, en la presente exposición cada institución continúa con su línea de trabajo habitual, sin muchas interferencias.

 

La coyuntura específica de esta exposición, cargada de intereses más allá de los artísticos, hace difícil leer la muestra aislada, sin que haga eco de la política del museo y por extensión de la ciudad. Como ejemplo, cabe apuntar la presencia de dispositivos de comunicación y márquetin –sobretodo por estar dentro de las salas – que situados en este contexto curiosamente replican ese afán de modernidad y espectáculo que muchas obras de la muestra cuestionan. El subtítulo supone que la exposición constituye algo positivo para la sociedad civil de Barcelona y se nos invita a “vivir” el arte contemporáneo. Unas palabras que resuenan al eslogan “Barcelona, posa’t guapa” más que al discurso habitual del MACBA.

 

Las obras de la nueva colección tienen gran potencialidad para generar discursos críticos en exposiciones y actividades de alta calidad, tanto estética como intelectual. Esperemos que el aun existente afán de modernidad y la inevitable tendencia hacia lo espectacular que se vive en Barcelona, se consigan “vivir” en el museo de la mejor y más sutil manera posible.

Publicado en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia, el 28.08.2013