Pasado Continuo

Join the mailing list
Robert Longo, Men in the cities, 1979Robert Longo, Men in the cities, 1979

Matando la modernidad cada noche

 

“Esta canción es sobre el resultado de la crisis de la civilización. Vas por la calle y ves unas cuantas fábricas en ruinas, trozos de periódico con fotos porno tirados por el suelo…Tuerces la esquina y hueles los cubos de basura. Y oyes ese ruido extraño de fondo.” Esta fue  la introducción que uno de los miembros de Throbbing Gristle hizo de uno de los conciertos que la banda ofreció en el ICA en 1976. Eso mismo día, bajo el nombre de COUM Transmissions, habían presentado una exposición por la que fueron acusados de sádicos, nocivos y destructores de la sociedad. Fueron punks. Treinta años más tarde, el Barbican reivindica su espíritu.

La promesa de futuro y de utopía social construida en los años sesenta se había convertido en una realidad represiva y desilusionada. En el Londres de aquel entonces, no era posible escapar de los bloques sin balcones e innumerables pasillos. Parecían prisiones. Bajo la crisis del petróleo y el final de la guerra de Vietnam, en Nueva York tampoco había mucho lugar para la esperanza.

Deambular sin rumbo por diferentes lugares nocturnos, dejándose sumergir en los encuentros que se suceden al azar  o en un viaje lisérgico sin ningún objetivo. Como ya anunció Baudelaire, la acción del observador, del flâneur, consiste en caminar por la ciudad para sentir sus vistas, sus olores y sonidos como un observador irónico, alienado y melancólico de la ciudad moderna. Ésta pasa a ser entendida como un hecho estético, un escenario para explorar la propia identidad como sujeto político. Con la dérive situacionista como ejemplo, el movimiento punk intenta construir una nueva mirada a la ciudad fuera del sistema capitalista de posguerra. Una manera de actuar entendida como un conjunto de relaciones sociales entre personas mediadas por imágenes, ajena de la noción de espectáculo que teorizó Guy Debord.

Las canciones de los Clash o los Ramones, los diseños de Jimie Reid o las primeras películas de Jim Jarmuch empezaron a reflejar aquel trauma urbano y la crisis social. La sinestesia cultural de esos años fue total y se celebraba cada noche en el en el Blitz de Londres o en el CBGB y el Mudd Club de Nueva York. Salir se convirtió en una forma más de acción política. El club se convirtió en el nuevo cabaret vanguardista donde se producía la verdadera efervescencia cultural.

La búsqueda de la propia identidad reflejada en un espacio decadente en  blanco y negro. En el metro, los muelles abandonados del río Hudson o inyectándose heroína en un club. David Wojnarovic se fotografía en diferentes escenarios de la ciudad con la máscara del poeta simbolista  gay  Arthur Rimbaud (Arthur Rimbaud in New York, 1978-79). En Londres, Gilbert & George filman a los desempleados de la parte este de la ciudad (The world of Gilbert & George, 1981). “Nos gusta beber, nos gusta emborracharnos” gritan a coro, orgullosos de cumplir una costumbre tan típicamente inglesa. Una oda al pub y al vagar ebrios por los suburbios de una ciudad gris y reacia a la inmigración. Por la noche, acuden a las fiestas que Derek Jarman celebra junto con otros artistas en un almacén abandonado al sur del Támesis. Allí actuarán los Sex Pistols, Divine será coronada “Miss Mundo” y Jarman filmará Dance (1977), un vídeo en el que una bailarina de ballet clásico danza alrededor de una hoguera frente al escenario post-industrial del río. En el Tin Pan Alley de Nueva York,

Nan Goldin organiza la proyección de las primeras versiones de The Ballad of Sexual Dependency, un trabajo basado en retratos de sus amigos y conocidos de la escena nocturna neoyorquina.

De maneras distintas, todos respondían con el mismo mensaje de incertidumbre y pérdida de significado mediante la subversión de los códigos. Jóvenes punk/Reíros de la vida/No hay mucho por lo que llorar/Jóvenes imbéciles/Vividla ahora/Porque no hay mucho por lo que morir. (All the young punks, The Clash 1978)

Panick Attack! Art in the Punk Years, Barbican Art Gallery, Londres, 2007

Comisariado por Mark Sladen y Ariella Yedgar

Publicado en Cultura/s, La Vanguardia. LVG_punk