Pasado Continuo

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Tres ficciones para acompañar a Macla, mamúa, bismuto, vicario.

I. El viaje carioca

 

En 1957, el escultor vasco Jorge Oteiza recibió el premio al mejor escultor extranjero en la IV Bienal de São Paulo. Durante su viaje, se dice que Lygia Clark le llevó a conocer Río de Janeiro. Nada más y nada menos que el Río de los años cincuenta, de la culminación de la modernidad con Lúcio Costa y Oscar Niemayer construyendo Brasilia y los “50 años de progreso en 5 años” que proponía el presidente Juscelino Kubitschek.

 

Una cálida tarde de septiembre paseaba Jorge Oteiza junto a Lygia Clark por el jardín botánico de Río, sobre un fondo de rocas negras volcánicas, vegetación selvática, palmeras y orquídeas. En este contexto de mucha humedad, sonidos de pájaros e insectos, no les resultó difícil hablar de su práctica común, de todo aquello que quedaba fuera de la escultura, de las formas abiertas y de cómo activar el vacío. Lygia le habló del arte neoconcreto, un grupo de estética racionalista y geométrica con el espacio en el centro de sus indagaciones estéticas. Ella estaba investigando cómo generar un diálogo entre la superficie bidimensional del lienzo y el espacio circundante, lo que la llevó a explorar también el espacio real de la arquitectura. En eso concordaban. También hablaron de poesía, del livro-poema o los poemas espaciais hechos de placas de madera pintada o cajas, en los que se requería la participación del visitante que debía, por ejemplo, levantar un cubo azul donde estaba cada palabra. También le habló de los bichosy las esculturas penetrables de Hélio Oiticica. Le explicó en concreto un cuadro que estaba preparando que tenía dos placas de madera separadas en medio por un vacío que cortaba la superficie de forma regular y en diagonal. Le interesaba pensar en la superficie, en aquello que pre-existe a la tela.

-“Mira!”  Y señaló la ramita de una planta de la que colgaba una bolita verde. “Esto es un capullo de mariposa. Es una especie de huevo o de útero. Es increíble pensar que dentro de esta forma geométrica perfecta existe en su interior una vida en gestación”.

Esas cavidades podían pensarse también como escultura, pensó Oteiza, por ejemplo doblando metal en sí mismo para crear un espacio interno.

 

Al cabo de un rato llegó Franz Weissmann, el escultor brasileño que también obtuvo el premio de la Bienal ese año, y se abrazaron. Los tres se admiraban mucho.

-“Esta noche hay fiesta, vamos a casa de Nara Leão, en primera línea de la playa de Copacabana, para escuchar a ese chico bahiano que canta bajito, que sabe trabajar con el silencio, la música clásica y la melodía del samba”, dijo Franz. “Seguramente estará Oiticica, tienes que conocerlo, es muy especial, está trabajando también sobre el vacío en lo que llama “metaesquemas” sobre el cuerpo mismo como activador de la escultura y como ausencia. Piensa en un sentido “suprasensorial” en el que los espectadores son participantes y se trasladan fuera de su campo habitual hacia un lugar extraño que despiertan sus sentimientos.” [1]

 

Y Oteiza le miró pensativo, en aquel viaje había aprendido mucho y le surgían dudas, preguntas y preocupaciones. Estaba viendo trabajos afines que venían de un contexto muy diferente. La naturaleza le abrumaba, seguramente la cachaça también. ¿Podemos imaginarle sentado en el suelo y escuchando Bossa Nova?

 

II. Las gemas de cristal

 

Durante tiempos ancestrales, las Gemas de Cristal[2]protegieron a la humanidad. Defendieron la Tierra de muchas criaturas y Gemas diferentes. Hace aproximadamente 6.000 años, las Gemas vinieron del Planeta Madre a invadir la Tierra e intentaron utilizarla como una colonia para producir nuevas Gemas, lo cual, lentamente comenzó a acabar con toda la vida en la Tierra. Debido a esto, Rose Cuarzo decidió rebelarse, formando el grupo junto a otras Gemas con quienes libró una guerra contra el Planeta Madre. La Rebelión duró mil años, acabando con la vida de muchas Gemas y humanos. Finalmente, Rose logró guiar a sus compañeras a la victoria y aislaron a la Tierra del Planeta Madre. De esta forma, las Gemas de Cristal permanecieron como las guardianas de la Tierra para protegerla de cualquier posible amenaza, incluso si eso significaba que nunca podrían volver a su anterior hogar, y para evitar que las Gemas del Planeta Madre pudiesen regresar a la Tierra.

 

Bismuto es una de las integrantes originales de las Gemas de Cristal desaparecida hace 5.300 años. Es una Gema alta y de cuerpo voluminoso, de grandes brazos y espalda ancha. Tiene el cabello peinado en rastas de colores lima, turquesa, fucsia, naranja, amarillo, rosa y violeta con una cinta en la cabeza. Su piel es de un tono azul grisáceo. Lleva un cinturón con una estrella de color rosa en la zona del vientre y un tatuaje en forma de estrella en su brazo izquierdo. Es alegre y enérgica. Bismuto, al igual que todas las demás, puede cambiar de forma, fusionarse y retirarse a su gema si su forma física está dañada. Tiene resistencia al calor. Una vez se bañó en lava y no le pasó nada, incluso logró derretir metal en la mano.

 

El bismuto,como elemento químico, integra el lote de los metales y fue uno de los primeros diez en ser descubierto. Debido a que es conocido hace varios miles de años, no es posible adjudicarle a nadie su descubrimiento, aunque en un principio se lo podía confundir con el plomo y con el estaño, con quienes comparte ciertas características.Una de las características más curiosas del bismuto es que posee una vida media de 20 trillones de años. Es decir, que un átomo de este metal puede vivir tres veces la edad del universo. El bismuto se expande al solidificarse y esta extraña propiedad lo convierte en un metal idóneo para fundiciones. Algunas de sus aleaciones tienen puntos de fusión inusualmente bajos. Es una de las sustancias más fuertemente diamagnéticas (con dificultad para magnetizarse). Es un mal conductor del calor y la electricidad, y puede incrementarse su resistencia eléctrica en un campo magnético, propiedad que lo hace útil en instrumentos para medir la fuerza de estos campos. Al oxidarse en el laboratorio se consiguen maclas de iris fascinantes.

 

 

 

 

III . Mañana y noche

 

Georg Kolbe era un escultor clásico alemán que trabajó sobretodo en los años veinte. Dos de sus obras más bellas en bronce, llamadas MañanaNoche,se colocaron en el jardín de una promoción de viviendas subvencionada por la Compañía de Tranvías de Berlín y construida en 1925. Entre abril y mayo, aparecían entre los varios cerezos en flor de la plaza de Ceciliengarten, dotándoles de una armonía y belleza muy especial.

 

En 1929, Barcelona preparaba una Exposición Universal en la que Alemania tomaba un papel predominante, con varios pabellones de sus principales industrias y uno más coqueto que servía de muestrario para recibir al rey Alfonso XIII, construido por el arquitecto vanguardista del momento Mies van der Rohe. Podemos decir que en los anales de la historia, la fuerte individualidad creadora del artista masculino y moderno se resume en esta obra. A nivel oficial, el arquitecto buscó una pieza que encerrara y reflejara la continuidad orgánica entre trabajo y cultura que interesaba a la Alemania del momento, la integración de la vida en el trabajo y este trabajo como tejido ontológico de la existencia. El pabellón, paralelo a los de las industrias, representaba la casa, la casa alemana y moderna, pero más bien la casa que parece un altar, un templo dórico, y que pretende abrir un lugar de privacidad. Era importante pensar en una integración de escultura y arquitectura en una unidad indivisible, un manifiesto que pusiera en práctica la Gesamtkunstwerk u obra de arte total.

 

Para suavizar las líneas rectas y las superficies planas, y para habitar la casa, Mies buscó una escultura clásica y escogió colocar una copia de Morgen(la mañana) de Georg Kolbe en el estanque trasero del pabellón. De repente, en aquel contexto, la escultura se volvió muy expresiva, con un gesto de rechazo hacia el sol que le da a la mujer en la cara, por los ángulos rectos de un pabellón de sombras y materiales duros. Como nos explica Josep Quetglas en su bello libro El horror cristalizado,[3]de repente la escultura convierte al pabellón en un escenario cinematográfico y casi violento. El espacio queda retenido por la geometría, no de las formas sino de posibles evocaciones, de perspectivas y de diferencias. Cuando Kolbe acudió a verla seguramente se asustó, se imaginaba la escultura en un pabellón que representaba lo doméstico y moderno, pero aquello no cumplía para nada la tipificación del racionalismo funcionalista, que buscaba disolverse en la ciudad y configurar formalmente la vida. La reducía a un elemento cada vez más extraño en los reflejos de un laberinto.

 

Es así como la primera modernidad entendió la fusión de las artes en abstracto, como piezas que se pueden ir juntando en un rompecabezas. Ya a partir de los años sesenta y setenta, se constituye una época de declive de los absolutos de la modernidad. Se reivindica el arte en relación con la vida cotidiana, donde lejos de imponer una unidad se pensaba que ésta tenía que producirse tras una búsqueda mutua por convencimiento. Más que de integración de las artes se comenzó a hablarse de “simultaneidad” de las artes en la que no podemos olvidar los agentes externos y los cuerpos de los visitantes que alteran las posibilidades de interacción. A partir de entonces se intenta que cada objeto actúe en un contexto, como un actor que opera desde sus propias dinámicas físicas, temporales y psicológicas.

 

Texto de la publicación Macla, mamúa, bismuto, vicario, de Javier Arbizu y Karlos Martinez B.

Caniche editorial, Museo Oteiza, 2018



[1]Referencias al trabajo de los artistas brasileños extraídas de los catálogos: Hélio Oiticica, Fundació Antoni Tàpies, Barcelona, 1992 y Lygia Clark, Fundació Antoni Tàpies, Barcelona, 1997.

[2]Steven Universe es una serie de televisión estadounidense, en formato de animación, creada por Rebecca Sugar para Cartoon Network. Narra la historia de un niño llamado Steven, que vive en el pueblo ficticio de Beach City junto a tres guerreras alienígenas con super poderes llamadas «las Gemas de Cristal». Uno de los aspectos más importantes de Steven Universe es la importancia de la mujer dentro de la historia.Todas las Gemas de Cristal tienen género femenino, y la mayoría de personajes relevantes son mujeres.

[3]ACTAR Publishers, Barcelona, 2001.